LES-A-LES:
Se dice del raid moto-turístico más famoso de Portugal (desconozco la
existencia de otro) organizado por la propia Federación Portuguesa de
Motociclismo… consistente en una prueba de resistencia, por equipos de dos
motos, más acompañante o no, dividido en prólogo más dos jornadas maratonianas
de más de 12 horas, con el propósito de llegar a la meta de ambas etapas
habiendo pasado por todos los puntos de control, en su justo tiempo, haciendo
uso únicamente de un road-book para su localización.
PRIMER
DÍA -PROLOGO-:
Digamos que lo peor fue el madrugón, las 5:30 de la mañana, con
intención frustrada de salir media hora después al no haber ultimado
correctamente los preparativos el día antes, así que la partida fue a las 6:30
a.m., pero sin problemas.
Había
decidido con total convicción el prescindir, en todo lo posible, de carreteras
nacionales, por no hablar de autopistas, autovías y todo aquello que no te deje
oler la mierda de vaca a pie de carretera, así que puse rumbo Vila de Cruces, A
Golada, Rodeiro, pequé hasta A Rua por la puta carretera nacional, y continué
hasta A Gudiña… y yo me decía: “pero qué carallo fago eu direción Vila de
Cruces si meu destino é Portugal???”, pues si, resulta más que chocante estar
dando vueltas por las aldeas de tu comarca cuando tu destino se encuentra a más
5 horas de distancia, pero así es la dura vida del Super-Motard, jeje. Por lo demás,
mucho frío hasta A Rúa y panzada incesante de curvas, abiertas, cerradas,
paella, orquilla, rápidas, lentas, de todo menos caspa.
mi primera fortaleza |
verificando
Hasta
aquí unos 400 kms.
injusta foto a las puertas de la casita de chocolate |
castillitos
una de tantas
falo luso
nikko on the way
Mogadouro |
a la cola de la cena
mi turno!!
A
ver!: 400 kms hasta Mogadouro + ir a por las llaves a Vimioso + volver a
Mogadouro + prólogo + ir pa cama = 600 kms con la punta de la gaita, jeje.
SEGUNDO
DÍA -1ª ETAPA-:
(un
país de ensueño)
paradita
|
Otro madrugón!. Teníamos la salida a las 7:16 de la mañana y con alojamiento a 40 kms, pues no nos quedó más remedio que poner el despertador a las 5:45, a ver quién era el mochuelo de afrontar una etapa de tantísimas horas de vuelo sin nada en el buche, así que en cosa de una horita ya estábamos en Mogadouro para recibir “o pequeno almorço” gentileza del Les-a-Les, fruta, bocata y agua si no recuerdo mal.
reforço
|
una pena que no se aprecie la pendiente real
nikoooo!!
trafico en la AP-9
Ah!
por cierto, para mi desgracia, en uno de esos rebotes moteriles marronáceos, la
cámara de fotos que llevaba atada al manillar y apoyada sobre el cuadro (lo sé,
que capullo!), se situó al mismísimo lado de la tija y en una maniobra en
parado, para rectificar la moto, crack! a tomar por culo, cámara al carallo!.
No coment.
Douro |
les-o-rejo jeje
o almorço |
Por la tarde, con ya 6 horas sobre la keytiem, dejé
de sentir mis reales posaderas, el cúmulo de kms y horas rodando empezaban a
hacer mella en mí, pero que cojones!! quién dijo que fuera facil?! eh! quién?!,
NADIE, así que fuerza, coraje y palante… una fortaleça por aquí, un castillito
por allá, a picar al alto de un monte en el que se suponía que estuvo la ruina
de algún ruinoso castillo y vuelta al gasssssssss.
Monsanto |
Monsanto |
Pena García |
El resto del día, para mi, lo podrían haber suprimido, a excepción de unas deliciosas curvitas serpenteantes hasta el pie del río Tajo, en su paso por Alcántara, España… sí mis queridos, el paso por España fue de lo más aburrido del viaje, “manda carallo! España tiña que ser…” pero es que las rectas mortecinas extremeñas no son lo mío… por suerte la agonía no duró más de 45 minutos, aunque pareciera toda una vida, y al poco de nuestro regreso a tierras Portuguesas nos volvimos a encontrar con la frondosa naturaleza de la Freguesía de Castelo de Vide, nuestra meta. Pero la organización aún se tenía reservado un último y precioso detalle para el fin de etapa: tocaba picar en lo alto de un monte presidido por una capilla y un crucifijo, como no, en el que esta vez, los picantes eran unos curas, frailes y monjas de alguna extraña congregación Les-a-Leriana, que grandes! los portugueses estos son caralludos!. La panorámica de Castelo de Vide sobre el alto, no tiene precio.
padre, he pecado. |
panorámica CdV. |
Ya solo restaba bajar al pueblo, hacer el paso
obligatorio por el “arco del triunfo”, recibir un refrigerio y buscar el hotel,
que para nuestra gracia estaba a escasos 100 metros de la meta y justo en
frente de donde habían organizada la cena, una gozada!. Riquísimo consomé,
delicioso guiso y fruta, con cerveza o vino o agua, al finalizar nos dimos un
paseito para estirar las piernas, terraceo y cama, que ya pasaba de media noche
y nadie quería ver convertida su moto en una calabaza… por no hablar del
madrugón del día siguiente, que la partida volvía a ser a las 7:16. Buenas
noches.
por turnos eh! |
TERCER
DÍA -2ª ETAPA-:
(no
tengo ni la más mínima idea de por donde pasamos):
Esta
vez omitiré lo del madrugón, jeje
El día comenzó, para ser las 7:30 de la mañana, con un exceso de
temperatura más propio del Sáhara Oriental que de Forniños D’Abaixo, y con la
promesa de que hoy llegaríamos con facilidad a los 40º, partimos de Castelo de
Vide rumbo a Lagoa –Algarve-.
La
primera parada del día no se hizo esperar, a escasos tres o cuatro kms, en la
plaza de un pueblo del que poco me importó su denominación, nos hacían entrega
del “pequeno almorço”: agua, zumo, pastas galleteras y fruta, ÑAM! y gasssss…
una recta por aquí, otra por allá, curvitas, cruce sospechoso, aldea, Nikko que
cojones haces por esas pistas de arena si por ahí parece que no es! ah! ya!,
pasar un ratillo trail jeje… otra recta, algo de confusión al encontrarnos con
un participante, que no organizador, indicándonos la ruta a seguir … y bien!!,
otro off-road… y mal!, otra caravana “xa empezamos cas retencios -off-” pero en este caso con un
motivo más que justificable, el vadeo de un río.
Aquí tengo que hacer un inciso sobre el tema vadeo, ya que parece ser uno de los momentos super estelares de la prueba, foto insignia del Les-a-Les… a ver, no todos los días ves a una super turística, R o custom cruzar un río, por no hablar de lo emocionante que resulta la espera, ya sabéis, me caeré, haré el ridículo más grande del mundo…etc…
vadeando |
portagem |
Mas
carreteras, preciosas todas ellas, aldeas, pueblos, igual de preciosos, otro
punto de control, esta vez parecían disfrazados de reyes magos o algo así pero
no conseguí entender el significado, que tendría que ver con la historia del
pueblo en cuestión, ni puta idea, y de repente, parking que te cagas, ha! si!
el “almorço” que esta vez consistía en una ensalada bañada en vinagre (más bien
sería una vinagreta claro!), unas sardinas ilegales, croqueta, creo que arroz y
poco más, le dimos aire, siesta y pa la moto.
A
estas alturas del día el calor era, sofocante no, lo siguiente… nos hicieron
parar en unas ruinas romanas, que a mi parecer se trataba de unas termas/baños
o similar, pero pocas ganas había de averiguarlo, nos picaron la tarjetita y
proseguimos ruta bajo un sol de injusticia hasta el siguiente control, en el
que claudiqué, necesitaba bajar mi temperatura corporal… me arrimé al bar, me
pedí “um cafesinho maish um copo cumas pedras de gelo maish uma auga freshca,
obrigado”. Nikko había decidido meterse, literalmente, bajo un tuvo del que
surgía agua a borbotones con intención de mantener lleno un abrevadero o
similar, no sé, el calor no dejaba a mi cerebro interpretar nada de lo que
viera… charloteo con una vieja destartalada de la aldea y proseguimos.
Como
podéis ver, el día de hoy, prácticamente carecía de visitas turísticas, a
excepción de las referidas ruinas romanas, pero claro!, la ruina es pasearse a 45º
cargando con chupa y demás bártulos moteriles, así que, poco hay que contar
entre los checkpoint (in injlis mola más eh!, jeje), a excepción de una
carretera muy singular, de unos 30 o 40 kms que yo denominé off-road-asfáltico,
por el pésimo estado del firme, lo cual hizo que disfrutásemos lo suyo
sorteando todo tipo de trampas mortales.
Ya solo quedaban tres casillitas de la tarjeta de control por picar. El
primero de los siguientes controles tenía mucha gracia, en serio, los picadores
estaban sentados en unos de esos flotadores con forma de sofá, en pleno río
claro!, por consiguiente o te mojabas o te pirabas sin tu casillita debidamente
picada, así que la opción fue la de mojarse los pies a la par que el fulano
decía algo así como: “o lesh-a-lesh é pros duros” que wasa el tío!. El segundo
control nos lo hicieron al pié de la “suvida imposivel” (imaginaros una recta
de tierra, piedras y demás, de unos 150 metros de largo, pues bien, ahora
ponerla vertical y ya lo tenéis) y efectivamente, parece “imposivel” de subir.
y otro control |
y otro más!!
que cachondos!!
imopsivel
En
la siguiente parada, con “la promesa” de picarnos la última de las casillas,
nos hicieron dar un paseo por una zona tipo jardincito zen (mucho les mola a
los portugueses este tipo de lugares… y a mi también eh!) en el que los
miembros de un moto club del lugar nos hicieron entrega de la pulsera de su
concentración motera, que allí mismo tendría lugar en no sé que fecha, pero de
picar nada, así que nos piramos, que a esas alturas no estábamos precisamente
para confraternizar con moto-clubs sureños... para eso ya habría tiempo luego.
Y
por fin, el ULTIMO DE LOS CONTROLES!!!, en un faro correctamente emplazado en
el extremo de un cabo ideal para tal función… pero claro aún quedaba literatura
y dibujitos en el road-book, poca cosa, pero la más significativa, la llegada a
meta y allí nos fuimos; nos pusimos a la cola; nos sacudimos la mierda para la
foto y listos!... golpe de gas y allí estábamos, en el puto pedestal del mundo
mundial esperando que nos hicieran la entrevista de nuestra vida, jeje… el
intrépido periodista abordó a Nikko al ver sus galones moteriles por tierras
marroquis, y yo, por no quedarme sin decir nada le largué por el aire un “a
organisasao shpetacular”, nos entregaron diploma, banderilla pisa-papeles,
parche con el logo del evento y alguna cosilla más.
REDIÓS!!
QUE ORGULLO MÁS GRANDE HABER ACABADO LA PRUEBA!!.
la llegada
Ya solo restaba localizar el hotel para dejar los
petates, que al final resultó ser la prueba “más dura” del día, y la cena. Ésta
fue “shpetacular”, con barra libre de cerveza, así que los que me conocéis,
pues eso, que le cayeron unas cuantas… y con la mosca tras la oreja, ya que
había oído algo así como que por la noche había DJ en una playa y como a mi me
gusta más la fiesta que a un perro un hueso, husmeando husmeando, pero al final
de casualidad, nos encontramos con la prometida “party”, en la playa de un
precioso pueblo infestado de guiris, Carvoeiro, otra porrada de cervezas, algo
de bailoteo, unas risas con los miembros de un motoclub sureño, todos ellos
ataviados con chalecos de cuero v’s vaquero, banderas secesionistas y demás…
pis y pa cama con la satisfacción de haber hecho un buen trabajo y con la
ignorancia de LO QUE SE ME VENÍA ENCIMA EN LOS PRÓXIMOS DOS DÍAS DE RUTA.
un par de cervecitasss
Carvoeiro
+ Carvoeiro in the night
con moteror sureños
Hoy
han sido también cuatrocientos y muchos kms, más de 12 horas de ruta.
Antes
de proseguir con la cara B de esta crónica he de decir que la organización del
Les-a-Les fue realmente increíble, imposible de narrar, hay que vivirlo. Lo que
si es narrable es el talento de Nikko sobre la moto, haciendo y deshaciendo,
realizando las indicaciones pertinentes para con su compañero de ruta, si
señor!, me tragué los 1000 kms del Les-a-Les a su rueda, más de 24 horas, y he
de decir que impecable facilitándome la vida, haciéndome ver cualquier cambio
de dirección con suficiente antelación… por no hablar de la facilidad con la
que interpretaba el road-book y la seguridad con la que tomaba las decisiones
sin dejarse influir por las motos que precediéndole, tomaban rumbo equivoco.
Desde luego Nikko, el mérito de haber acabado esta prueba de la mejor de las
formas, con todos los controles, es solo tuyo, yo fui un mero ojeador. Por otra
parte soy consciente que hacer el Les-a-Les con tu GS, arrastrando una ktm no
apta para mantener velocidades superiores a 120 kms/h durante más tempo del
justo y necesario, por no hablar del tema “patada”, es una putada que llevaste
con suma normalidad y en ningún momento me hiciste sentir una carga. Gracias.
B)
VIAJANDO POR PORTUGAL: Sabía que con mi moto un regreso desde
el Algarve a Santiago de Compostela, a un solo golpe de gas, por la autopista,
sería un suicidio para mi y para mi kaytiem, así que llevaba ya un tiempo
mentalizándome de que el regreso lo haría en dos etapas, sin prisas, haciendo algo
de turismo con el mismo espíritu Les-a-Les de los últimos días, ya sabéis, algo
romántico y puramente motero, jeje.
CUARTO DÍA:
(lo que mal empieza…)
Hoy hemos echado la casa por la ventana, nos hemos liado la
manta a la cabeza y hemos cometido la imprudencia de dormir siete horazas del
tirón, bueno, algo es algo… pero sabiendo la que nos esperaba, no era como para
pasar la mañana remoloneando.
Así pues, recogimos los bártulos, yo le acoplé a Nikko unos
cuantos para ir más ligerito y gassss… de Nikko no he vuelto a saber nada,
jejeje… ya en solitario me arrimé a la primera carretera nacional que encontré
y empecé a tirar millas dirección Faro, para hacerme fuerte por la nacional 2
de toda la vida de nuestro señor, pero para mi sorpresa, antes de llegar a
Loulé, desviándome por lo que creía ser un atajo, descubrí una preciosa
carretera de curvas perfectamente trazadas en la que, a su vez, tras la maleza,
pude distinguir uno de esos tochos portugueses de piedra que rezaba
-LISBOA-> -, paré y me acerqué a un buen señor que poco más hacía que ver
como se consumían las prometedoras brasas para un buen “frango”, “deshculpe meu
home!, é certo que esta estrada dishcorre ate Lishboua??” “sim” me responde el
buen hombre, “tas de coña??” insisto, “nao!!nao!!” se reafirma… así pues, dibujando una sonrisa de medio lado abrí gas
precipitándome al vértice de cada una de las deliciosas curvas que me
acompañarían durante los próximos y escasos quince kms.
Durante los siguientes 50 kms me comería los mocos por una
de esas carreteras -IC- portuguesas, que son lo más parecido a una nacional de
las nuestras, uséase, un asco! para lo que viene a ser mi tranganillo ratonero.
Fue entonces cuando decidí parar a replantearme el viaje, así pues, plano en
mano (el GPS lo empezaré a utilizar dentro de unos 10 años supongo) y lapiz en
la oreja, en la terraza de una de tantas cafeterías/pastelerías que asolan el
país, tracé un nuevo plan, que consistía en desviarme a poco más de 5 kms, para
empalmar con aquella nacional 2 que en principio tenía pensado tomar. La
encontré y a pesar de ser más pobre que la -IC- seguía siendo rigurosamente
aburrida, y tras comerme un millón de rectas y otros tantos cruces adornados ambos
con extensos campos de alcornoques, llegué a Mora, una curiosa localidad
desierta (a 40 y pico grados no es de extrañar) en la que me dispuse a comer y
no habiendo más que un bar en la que me pareció ser la plaza del pueblo, que
decía “vinhos e petiscos” allí entre, zampé como un león en buena y taurina
compañía del dueño, él me hablaba de corridas de toros y yo de mis queridos San
Fermines. Listo. Me las piré.
Aquello era un infierno, el calor era tal que me resultaba imposible
avanzar con el casco abierto, me ardía la cara, cuando al poco rato pude ver la
típica indicación de playa con el supuesto nombre de la misma, “desta volta non
paso sen baño” me dije. Ni que decir tiene que en plena columna vertebral del
país, la única playa posible tenía que ser la de un pantano, río o similar, y
así fue, me pegué el baño más gustoso de mi vida en el embalse más insulso
jamás visto, y nuevamente arranqué el tranganillo, que prácticamente seguía a
la misma temperatura que lo había dejado, y tiré rumbo Norte.
chapuzón!
Hasta aquí todo mal, verdad?, rectas, calor, nacionales… un
asco!, pues bien, aún no había recorrido ni quinientos metros cuando el cuadro
de la moto decidió desaparecer, nada, información cero, si quería saber a que
velocidad giraba no me quedaría más remedio que recordar aquellas fórmulas
matemáticas del “insti” y despejar la incógnita. No querías romanticismo?, PUES
TOMA!.
Me propuse realizar el resto del viaje a una velocidad
tolerable, sabía que si yo iba cómodo significaba menos de 120 kms/h… pero
claro!, como hacía con el tema gasolina??, pues fácil, sabiendo que mi moto
tiene una autonomía de doscientos y pico kms (5 litros escasos a los 100,
jeje), sumaba las distancias que los carteles me indicaban entre pueblo y
pueblo y listo, sin problema.
No os podéis imaginar lo relajado que resulta conducir sin
saber nada de nada, en la más absoluta ignorancia -a datos tésnicos me refiero
claro!- y sabiendo que en dos días, por muy lento que fuera, llegaría a casa
sin mayor problema.
Parada a tomar “um cafesinho maish um copo cumas pedras de
gelo” y vuelta a replantear el viaje, necesitaba escapar de aquella nacional
fuera como fuera, me estaba dejando el culo como un bebedero de patos… así que
decidí tomar un desvío, “la mejor decisión de mi vida”.
Me aparté a la altura de Fundada, una pequeña aldea, para
continuar viaje por carreteras comarcales… en ese momento no las tenía todas
conmigo, pero un cartel informativo antes de la entrada a la plaza de dicha
aldea, me hizo parar en seco partiéndome las cachas, busqué el movil para
hacerle una foto y estaba apagado, sin batería, jooooooooooder!!, a punto de perderme
en la inmensidad y yo sin teléfono ni ná, pero bueno… el caso es que el cartel
decía algo tal que así:
(câmara municipal ->
social local ->
centro desportivo ->
wc ->)
lo
del wc me dejó petrificado, jajaja... buena pista para saber que en esa
localidad poco había que ver, así que una vez más, gasssssss!
La
cosa se empezó a poner interesante, tan interesante que había cruces en los que
no tenía ni puta idea por donde tirar, pero casualidades de la vida, o aparecía
un crío, on un viejo a quien preguntar, que parecían repartirse los cruces a
partes iguales, pero gracias a un par de cada uno de ellos conseguí hacer unos
cuantos kms por unas carreteras y paisajes de ensueño, que evocaban mis
queridísimos Ancares gallegos... la cosa comenzaba a ponerse bien. Casi sin
darmen cuenta y después de haber escalado media docena de montañas y descendido
sus respectivos ríos, llegué a una localidad llamada Castanheira de Pera en la
que decidí repostar antes de volver a conquistar una nueva serranía... pues bien,
a pesar de que la señorita de la gasolinera no tuviera una expresión corporal
de lo más atractiva y obviando el moco pegado en la punta de su nariz, le pregunté
por la carretera de curvas a Louza que tan bien aparecía reflejada en mi mapa,
y con la misma diligencia que lo haría mi perro, contestó: “pur alí”, “fale!”
le dije miestras ponía pies en polvorosa.
La
agraciada chavala no se había equivocado, esa era la carretera que creo llevar
buscando toda mi vida, nunca había visto nada igual... a ver si me explico:
todos sabemos que tumbando, al apretar freno delantero, la moto tiende a
levantarse, no? y normalmente es un defecto más que una virtud, pues bien, las
curvas eran tan sumamente seguidas que saliendo a golpe de gas, como es lógico,
y frenar para entrar en la siguiente, la propia moto se levantaba para hacerme
la vida más facil metiéndome en la siguiente curva y así sucesivamente, creo
que no se mantuvo vertical más que en esa pequeña y obligatoria transición
entre plegada y plegada... pues así unos 35/40 kms y en un vergel inigualable,
sin rastro del ser humano y por ende de coche alguno, creo que fué uno de los
mejores momentos de todo el viaje, verme en medio de esa intimidante imensidad
fue el “top ten” (ahora entiendo esa intimidación que le produjeron las
montañas al amigo Fabian a su paso por la karakorum highway, salvando las
distancias claro! jeje).
Mi
paso por Louza “village” fué un mero trámite, había decido hacer noche en Coimbra
que no quedaba a mas de 30 o 40 kms de allí, así que resignado cual pecador en
purgatorio, entronque la nacional que enlaza ambas ciudades y entre coches,
camiones y demás cacharrería, me planté en Coimbra.
Esta
ciudad tiene todo el encanto portugues, sin duda, pero lo que mas me llamó la
atención fue esa población juvenil, y eso que vivo en Santiago de Compostela,
pero el caso es que durante los 45 minutos que me pasé dando vueltas por la
ciudad buscando un hotel en un pajar, no conseguí ver a nadie que superara los
30 tacos, algo sorprendente la verdad, ¿ sería la hora de la teleserié de
moda??? ¿estaría Mourinho en rueda de prensa?? no lo sé, el caso es que los
unicos seres que habitaban las calles eran estricamente estudiantes.
Encontre
un hotel, Trívoli creo que se llamaba, entré, le pregunté precio a una señorita
muy agradable, me dijo que 80 euros y antes de que me acabara de contar todo lo
que aquello significaba, ya estaba encendiendo la moto. Encontre otro hotel,
este si, este se llama Oslo con toda certeza, le pregunté a un chaval muy majo
que estaba en recepción por el precio de una habitación “singel”, este se
retiró sin apenas hacerme caso y trajo consigo a un ser superior, que me dijo: “50
euros con wifi, buffet...” yo le dije: “auga quenche, cama..., ok chao!” me
preguntó si el problema era económico, le contesté un “claro!” rotundo y me
rebajó la habita con todo incluido a 35 euros, apreton de manos y a la ducha.
La cena fue cursada en un restaurante italiano, una
pizza vamos!, y el paseo nocturno por “la baixa” profundamente relajante, con
la suerte de encontrarme una representación musical, de mano de unos
estuidantes de alguna escuela local o... bien, muy bien! bravo!, no contaba con
escuchar ningún fado y lo escuché, y poco más, Gin-tonic y pitillo en “praça da
República” y pa cama.
fado
Por
cierto!, lo que mal empieza, no siempre mal acaba, jeje
QUINTO y último DÍA:
(ains! que peniña)
También, siete horas de sueño y andando.
Una mañana perfecta, fresca, pero no fría para ir en moto,
simplemente perfecta… y claro, con el buffet aún remoloneando por mis entrañas,
había que tomárselo con calma, pues bien, cojamos la nacional a O Porto… a los
20 minutos ya estaba de nacional hasta los mismísimo, demasiada cacharrería
para la sangre motera que corre por mis venas, juas!. Parada para estudiar la
situación, decido tirar veinte kms más y a la altura de Agueda me desviaría por
carreteras comarcales, “segunda mejor decisión de mi vida”.
La cosa empezó suave, periférico de Agueda, carretera
comarcal, curva derecha, curva izquierda y ya!, curva, curva, curva, curva,
curva y así pasando por Talhadas, Oliveira de Frades, Vouzela, Sao Pedro do
Sul, alguna recta poco antes de llegar al concelho de Castro Daire,
cuuuuuuuuurrrrrvas, alguna que otra recta más a la altura de los gigantes
molinos que mal adornan el paisaje y trepidante serpenteo en la bajada a
Lamego. PRECIOSO PASEO MATINAL!.
En Lamego decidí hacer un poco de turisteo y subir al
castillo de playmobil: que chulada!, que vistas!, que melocotón me zampé allí
gentileza de una buena señora, que con la excusa de que estaba “ben freshquinho,
recén collido da quinta” no me pude resistir y acepté jurándola pleitesía para el
resto de mis días (en semejante emplazamiento no se me vino otra chorrada a la
cabeza, juas!)
En adelante hasta Peso da Regua, más de lo mismo, una
gozada. Ahora bien, si le prendieran fuego al pueblo, y espero no me oigan,
nada habría perdido la humanidad, que cosa más insulsa la virgen!, marché de
allí completamente encendido por haber perdido veinte minutos de mi vida
intentando sacarle algún jugo a ese…, que corahe!.
Prosigamos: hasta Santa Marta de Penaguiao, lo mismo, sucesión
incalculable de curvas ratoneras… pero claro, como soy un moterillo de lo más
ambicioso, quise complicar la cosa entreteniéndome por otra carretera “comarcal”,
que así, vista sobre el mapa, prometía muuuuchos minutos de emoción… así pues,
como esta comarca está intensivamente dedicada a los viñedos, decidí visitar un
pueblo llamado Vinhos. Le pregunté a un buen hombre si esa carretera en la que
estaba interesado pasaba por dicha población, a lo que contestó: “nao nao,
maish esa estrada é muito ruín”, que alegría!, nunca había escuchado ese
adjetivo para una carretera, pero me pareció completamente irresistible: “esa
esa!, pola estrada ruín é pola que quero ir”. Y tan “ruín”, asfalto roto y un
billón de curvas, cada cual más celosa de su salida. A Vinhos no conseguí
llegar, pero pasé unos muy buenos cuarenta minutos por entre unas lomas, ríos y
pueblos de una más que destacable belleza, estaba en “LA COMARCA” (no creo que
tarde en pillar una casita rural por esas fértiles tierras).
LA COMARCA
A esas alturas de la jornada ya solo pensaba en comer, así
que entre Vila Real y Vidago, paré en uno de tantos restaurantes de carretera,
con la sorpresa que de plato único solo tenían “porco lechal”, que pena dios
mío!. Me puse las botas. De aquí en adelante ya no esperaba nada más del viaje,
solo quería llegar a casa, pero claro, jeje, había que escoger ruta... y ante
la duda, pues me decanté por una carretera muy sinuosa que de Vidago y pasando
por Boticas, rozando el parque nacional del Gerés, me depositaría en la
frontera con Galicia, a la altura de Xinzo de Limia y se acabó. De Xinzo a casa
por nacional fulera, la de siempre, la que pasa por Ourense, Lalín… un rollo!
Mi periplo portugués había llegado a su fin dejándome un
intenso sabor en paladar, así que con la promesa de volver, solo quedaba hacer
reflexión:
-El Les-a-Les: es lo más recomendable que he hecho en moto,
una muy buena experiencia si lo que te gusta es vivir sobre dos ruedas. Con una
“R” como que no, pero con cualquier otra moto, en serio, es una cita
obligatoria.
-Moteros??: no soy capaz de distinguirlos a simple vista,
usuarios si, pero Moteros como los que acabaron el Les-a-Les en motos de 49cc,
vespas clásicas y demás restauraciones caseras de mínima cilindrada, no, esos
moteros no se pueden reconocer a simple vista, son pura esencia.
-Portugal: encantador, nunca me defrauda…, por todos sus
costados se respira algo de ese gran imperio que algún día fue. Ya conocía sus
principales urbes y su encanto decrépito, así como algunos de sus amurallados
pueblos, pero en lo más profundo de sus freguesias me he quedado encandilado.
Ahora bien, estos portugueses tienen una manía por hacerse los pueblos y
ciudades en pendiente que no es normal, allí donde haya una colina medianamente
escarpada le mangan un pueblo, que tipos!, si no fuera por que son las personas
más afables de la faz de la tierra, por no hablar de su desinteresado esfuerzo
por practicar lenguas foráneas… diría que son… na!, son gente 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario